El Consorcio de Santiago estaba realizando la obra de instalación de un ascensor en el edificio situado en la Plaza de Salvador Parga nº 4, en la ciudad histórica, que en la actualidad es sede del Conservatorio Histórico, del Ateneo de Santiago y de la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Las obras tuvieron que detenerse esta semana, con motivo del nuevo decreto que obliga a paralizar todas las actividades no esenciales. La empresa encargada de esta actuación, cuyo importe alcanza los 83.162,24 €, es la empresa local Obras Gallaecia, S.L.
El arquitecto de la Oficina Técnica del Consorcio de Santiago responsable de este proyecto es Ángel Panero. Explica que “la finalidad de esta intervención es garantizar la accesibilidad universal a las tres plantas del inmueble histórico, que tiene una superficie construida total de 2.555,93 metros cuadrados y un uso intensivo por parte de los ciudadanos debido a las instituciones que alberga. Señala que el Consorcio promueve esta intervención dentro del propósito del organismo interadministrativo de “trabajar para mejorar siempre las condiciones de habitabilidad de los edificios de la ciudad histórica, en este caso respaldando técnica y administrativamente el procedimiento para la instalación de un ascensor que garantice el derecho a la accesibilidad universal de cualquier ciudadano a todas las plantas en cualquier edificio con uso público”.
La intervención podría estar finalizada un mes después de que se reanuden las obras
El arquitecto indica que “en el momento de la interrupción de la obra se estaba acabando de instalar el ascensor y el recubrimiento de la estructura. Los trabajos relativos a electricidad, fontanería, tabiquerías, cantería, alicatados y hierro estaban ya concluidos o prácticamente finalizados en su totalidad”.
“Se esperaba que esta misma semana empezara a trabajar el carpintero y el pintor con el objeto de finalizar las obras en la segunda quincena del mes de abril” -apunta Panero-. El arquitecto del Consorcio asegura que “se adoptaron las medidas oportunas para poder relanzar la obra a pleno rendimiento en cuanto se supere la situación de alerta sanitaria”. En esta línea, afirma: “confiamos en poder tenerla concluida, y lo que es ahora más importante, certificada y abonada al 100%, en el plazo máximo de un mes desde el momento de su reanudación”.
Además de adoptar las medidas oportunas para relanzar inmediatamente la ejecución de las obras paralizadas en cuanto se supere la situación de alerta, el Consorcio de Santiago está trabajando intensamente los expedientes administrativos para licitar y adjudicar el mayor número posible de obras durante esta parada obligada. La finalidad es poner las obras en marcha en cuanto las empresas, autónomos y trabajadores puedan volver a trabajar.