En la Corticela se “salva” la armadura de cubierta de madera instalada por Pons Sorolla hace 60 años

Jueves, 17 Junio, 2021

El Consorcio de Santiago continúa la labor de rehabilitación de monumentos y espacios singulares. La capilla de la Corticela, históricamente exenta de la Catedral, fue objeto de una intervención en la que destaca la restauración de la armadura de cubierta de madera, obra del arquitecto-conservador Francisco Pons Sorolla en los años sesenta. “Lo que empezó siendo una intervención simple para eliminar goteras se complicó por los daños detectados una vez comenzada la obra, pero, por fortuna, fuimos quien de salvar esa estructura de roble, reforzando algunas vigas e incorporando canzorros en los muros donde se asientan los tirantes de madera. También se eliminaron los recrecidos de mortero de cemento que tanto perjudicaron la estructura de madera facilitando el ataque de las termitas”, según explica el arquitecto de la Oficina Técnica del Consorcio Ángel Panero, que agradece la implicación de la Dirección Xeral de Patrimonio para completar la obra.

 

Trabajos de limpieza de los paramentos de la fábrica granítica, eliminación de recrecidos de hormigón, reparación de carpinterías metálicas y una nueva instalación eléctrica, así como la restauración de elementos de valor artístico y patrimonial, completan la intervención interior en la que también se reordenó el altar y se instaló una puerta nueva de castaño, diseñada por Panero, entre otras operaciones.

 

Además, se repuso la cubierta exterior con teja cerámica: “La finalidad era lograr una cubierta ligera y ventilada que garantizara una mayor estanqueidad y mejor conservación de la armadura de madera. Con la sustitución del betún de judea con el que Pons Sorolla había tratado la madera de la cubierta por una pintura mineral roja, creemos que la Capilla ganó en luminosidad. Así que vale la pena visitarla y descubrir una Corticela más clara y funcional, con nuevos bancos para el culto diseñados por la Oficina Técnica de la Fundación Catedral”, tal como explica el arquitecto responsable del proyecto en el que el Consorcio invirtió alrededor de 155.000 euros.

 

Santa María la Antigua de la Corticela, cuya parroquia atiende hoy el canónigo Salvador Domato, presta asistencia espiritual a los foráneos que llegan a la ciudad compostelana. Se mantiene la tradición universitaria de depositar los estudiantes sus deseos, particularmente en época de exámenes, ante la imagen de Jesús en el Huerto de los Olivos. A la Corticela también acuden peregrinos de todos los países.