El alcalde de Santiago y presidente del Consorcio de la Ciudad, Xosé A. Sánchez Bugallo, visitó esta mañana la obra ya finalizada de instalación de un ascensor en el edificio situado en la Plaza de Salvador Parga nº 4, en la ciudad histórica compostelana, que en la actualidad es sede del Conservatorio Histórico, del Ateneo de Santiago y de la Real Sociedad Económica de Amigos del País. El Consorcio de Santiago asumió la elaboración del proyecto a través de su Oficina Técnica, la financiación íntegra de la obra, además de los costes relativos a los honorarios facultativos del arqueólogo y del director de ejecución. La empresa encargada de esta actuación, cuyo importe alcanzó los 91.478,24 €, fue la firma local Obras Gallaecia, S.L.
En el encuentro estuvieron también, entre otros asistentes, el director gerente de Afundación (propietaria del edificio), Pedro Otero; Francisco Loimil y Javier Brage, presidente y gerente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País; Vera Kolar, directora del Conservatorio Histórico; Salvador García-Bodaño, presidente del Ateneo de Santiago, su secretario, Francisco Candela, y su tesorero, Antón Porteiro; además de la gerente del Consorcio de Santiago, Belén Hernández, y del arquitecto del Consorcio y coordinador de este proyecto, Ángel Panero.
En nombre de todas las entidades que ocupan el edificio, Francisco Candela resaltó “la sensibilidad del Consorcio de Santiago a la hora de atender la petición de instalación de un ascensor, que concluyó con un resultado magnífico y contribuye a dar mayor accesibilidad a todas las personas que asisten a las actividades que se desarrollan en el inmueble”.
El ascensor tiene una batería que permite realizar hasta cien viajes en el caso de cortarse el suministro eléctrico
El arquitecto Ángel Panero explicó que “la finalidad de esta intervención era garantizar la accesibilidad universal a las tres plantas del inmueble histórico, catalogado de nivel 4, con una superficie construida total de 2.555,93 metros cuadrados y un uso intensivo por parte de los ciudadanos debido a las instituciones que alberga”. Destacó que el ascensor dispone de una batería que permite realizar hasta cien viajes en el caso de cortarse el suministro eléctrico.
El ascensor se instaló en el patio interior del edificio, abriéndose desde el portal un acceso al patio interior por debajo de la escalera. Este acceso obligó a reformar los pequeños aseos existentes en el patio, por lo que se aprovechó para acondicionar también un aseo para personas con movilidad reducida en el patio. En el primer y segundo piso se transformó una ventana que daba al patio en puerta de acceso desde el ascensor.
El arquitecto señaló que el Consorcio promovió esta intervención dentro del propósito del organismo interadministrativo de “trabajar para mejorar siempre las condiciones de habitabilidad de los edificios de la ciudad histórica, en este caso respaldando técnica y administrativamente el procedimiento para la instalación de un ascensor que garantice el derecho a la accesibilidad universal de cualquier ciudadano a todas las plantas en cualquier edificio con uso público”. Y destacó que “la obra se ejecutó con atención a las directrices de seguridad provocadas por la COVID-19”.