El Consorcio de Santiago y la Editorial Galaxia publicaron el libro É a lúa que baila… María Victoria Moreno e a lírica dos Seis poemas galegos de Federico García Lorca.
María Victoria Moreno (Valencia de Alcántara, Cáceres 1939 - Pontevedra 2005) fue una apasionada de Federico García Lorca, sobre el que impartió diversas conferencias en Galicia. En 1985, coincidiendo con el 50º aniversario de la primera edición de los Seis poemas galegos del autor andaluz, la escritora redactó un artículo sobre los mismos por petición del profesor, académico y expresidente de la Real Academia Gallega Xesús Alonso Montero -autor del estudio introductorio de esta publicación- y que hasta el momento sólo se había publicado en la revista Madrygal de la Universidad Complutense en 2015. Tres años después, son pocos los profesionales de la literatura que tienen conocimiento de este original comentario de María Victoria Moreno.
La escritora resalta que Lorca construye su obra poética gallega de una manera muy semejante a los trovadores medievales que no eran gallegos ni portugueses
El artículo se recoge ahora en este libro. Se trata de un mecanoscrito de diecinueve folios con una portada con el largo título del trabajo (“Danza da lúa en Santiago”. Suxerencias para una aproximación a Federico García Lorca, poeta galego) y el nombre de la autora, junto a un texto en el que señala que “El propósito es dar algún argumento de que los Seis poemas galegos tienen su punto de partida en el mismo mundo poético que el resto de la obra de Federico García Lorca”.
En su trabajo la autora resalta que “no haríamos una buena lectura del Lorca poeta gallego si no contextualizásemos los Seis poemas galegos en el conjunto de la trayectoria de su autor y si no tomáramos como punto de referencia el mundo poético que este poseía cuando vino a Galicia en 1932”. Y afirma que el poemario gallego está en la línea del Romancero gitano (1928), asegurando que ese Lorca construye su obra poética gallega de una manera muy semejante a los trovadores medievales que no eran gallegos ni portugueses: “Por expresarse en una koiné, renunciaban deliberadamente a la riqueza léxica y gramatical de sus respectivas lenguas locales” y el poeta andaluz, no experto en gallego, “por poetizar en una lengua que no conocía, se impuso acaso también deliberadamente, severas restricciones en recursos expresivos”.
Un homenaje de Lorca a Galicia
Este estudio incluye los Seis poemas galegos, que Federico García Lorca escribe a partir de los viajes que hizo a Galicia en 1932, cuando tenía 35 años y ya contaba con una brillante trayectoria poética. En Madrigal á cibdá de Santiago el poeta alude al paisaje, al clima y al paso del tiempo por las seculares piedras de Compostela. En Romaxe da Nosa Señora da Barca le canta a la virgen. En Cantiga do neno da tenda (con un comentario amplio de la autora en el anexo de este libro) se valora la nostalgia del emigrante gallego, mientras que Noiturnio do adolescente morto e Danza da lúa en Santiago tienen como tema común la muerte. Y, finalmente, en Canzón de cuna pra Rosalía Castro, morta Lorca hace un paralelismo entre la poetisa y Cristo.
“El hecho de poetizar en una lengua nueva no lleva a Federico García Lorca a experimentar en las posibilidades rítmicas de esta lengua desde nuevos metros. Lo que hizo el granadino fue, simplemente, rendir homenaje a Galicia desde sus facultades innatas de poeta de la intuición y desde las posibilidades adquiridas en su trayectoria en castellano. El resultado es brillante también en este aspecto: media docena de poesías, lorquianas en su hechura y gallegas en sus efectos” -explica María Victoria Moreno en su artículo-.